Décadas atrás, el laureado cantante Paul McCartney estuvo cerca de alejarse de la música. Conoce la historia.

Paul McCartney es ampliamente reconocido como uno de los compositores más influyentes en la historia de la música popular. A lo largo de su carrera, ha dejado una huella imborrable no solo como miembro de The Beatles, sino también con Wings y en su faceta como solista.

Su habilidad para crear melodías y letras que han capturado el corazón de varias generaciones es notable. Además, su talento como multiinstrumentista se extiende al bajo, piano, guitarra, ukelele y batería, lo que demuestra su versatilidad y dedicación musical.

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Durante su tiempo con The Beatles, McCartney fue principalmente reconocido por su habilidad con el bajo, pero a medida que avanzaba su carrera, el piano se convirtió en un elemento esencial en su repertorio. 

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Canciones icónicas como ‘Let It Be’, ‘Lady Madonna’ y ‘Hey Jude’ son testimonio de su maestría pianística. A pesar de esta asociación con el bajo, muchos no saben que el artista comenzó su trayectoria musical tocando la guitarra, antes de convertirse en el legendario bajista que el mundo conoce hoy.

Paul McCartney y el día en que pensó en dejar la música

En una revelación hecha durante el podcast ‘McCartney: A Life in Lyrics’, Paul McCartney compartió una experiencia temprana que casi pone fin a su carrera musical. Durante su primer concierto junto a John Lennon, antes de que la banda estuviera completa con George Harrison y Ringo Starr, McCartney enfrentó un momento crítico. 

“Teníamos este concierto que era el primero en el que yo iba a tocar, y tenía que tocar la primera guitarra. John era la rítmica. Yo tenía un solo y me paralicé completamente. No podía mover mis dedos”, comenzó.

Luego, agregó lo siguiente: “Fue tan vergonzoso. Mi carrera como guitarrista principal se derritió en ese momento y yo pensé, ‘bueno, no voy a volver a hacer esto. No soy para esto, no soy bueno”.

Esta crisis, sin embargo, marcó un punto de inflexión en su carrera. Tras el desastroso debut como guitarrista, McCartney decidió no continuar en ese rol, lo que eventualmente llevó a su posición como bajista de The Beatles, mientras George Harrison tomó el lugar de guitarrista líder y John Lennon se mantuvo en la guitarra rítmica. 

Este cambio no solo solidificó la formación clásica de la banda, también ayudó a McCartney a encontrar su verdadera vocación dentro del grupo, lo que irónicamente fortaleció su confianza y contribuyó significativamente a la música que cambiaría el mundo.

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